En un bosque de Ohio, en Estados Unidos, una veterinaria recibió hace años un paciente particular: una tortuga con el caparazón roto. Un carro le había pasado por encima y se lo había destrozado. La profesional usó fibra de vidrio para reconstruírselo y la soltó en su hábitat. Esta semana, mientras ella paseaba por el mismo bosque, para su sorpresa se encontró con su antiguo paciente y cual sería su sorpresa al ver a su paciente con el mismo caparazón que ella le había hecho. De lo único que se…